Dictado por el corazón frustrado de un pájaro encerado en una jaula que ya no quiere cantar...
Si tan solo no hubiese pasado ni un año más, si me hubiese envuelto en un sueño profundo, no estaría aquí detrás de las gruesas venas que apagan mi valor.
Antes de quedar encerrado en la jaula mas grande mi vida estaba limitada a los deseos de los que se apoderaban por ley de mi, nada servía para escapar, siempre era lo mismo, la misma rutina todos los días, un tanto frustrarte para mi corazón herido y mis ganas de volar, pero había que acostumbrarse, ya que no era libre, si de pensamiento y de alma, pero no de derecho. Aunque esto haya sido así, el único que se retenía era yo mismo, boicoteando mis sueños y deseos, sin poder hacerle frente a aquellas bestias egoístas que aunque pensaban en mi seguridad, lo hacían mal, no estaban pensando en mi bien.
Años de encierro psicológico hicieron de mi un ser cerrado y robótico, sin alegrías, sin amor y sin valor. Todo aquello que debería haber aprendido durante mis vuelos y mis caídas estuvo limitado a cuatro paredes llenas de rejas, a un sin fin de palabras sin argumentos que nadie se cree, pero que yo debía creer, ya que no me quedaba otra opción mas que vivir con el enemigo. Aunque no lo viese tanto como un gran enemigo, era parte de mi día a día, una enseñanza que se me habían puesto para que sea fuerte. Eso solía pensar, eso suelo pensar.
Ahora mis pensamientos se nublan, no puedo pensar por mi mismo, la defensa es baja y débil. Débil, debilidad...eso es lo que he demostrado durante muchos años. Siguiendo pasos de destrucción y afianzamiento, tratando de construir un ser nuevo, queriendo no ser como aquellas bestias morbosas. Ese feroz ataque, lleno de lejanos resentimientos que se expresan claramente, aquellos que plasmaron en mi un gran odio y rencor que no quisiera liberar nunca. Sembrando semillas sanas y tirando veneno para que se protejan de los predadores, pero intoxicandolas a la vez, sin darse cuenta de ello. Crecen así aquellas semillas sin saber protegerse por si mismas, y llevando en su raíz un veneno que podría intoxicar a otros seres.
Aquellas dulces lágrimas de inocencia se convirtieron lenta y dolorosamente en gotas oscuras d una tormenta eléctrica que se alza a lo lejos, que amenaza, pero no se acerca. Sentenciado a caminar en círculos, se achicó mi gran corazón, ahora, lejos de todo aquello que un día me mantenía viva, se destruye más. La agradable amistad, y el delicado deleite social ya no están en mi cabeza. Un sueño frustrado con pocas esperanzas, y un corazón parchado es lo que me mueve. Pero me deshago y me levanto, todo por pensar en que algún día podría ya liberarme de todo, poder volar tan hermosa y libremente como nunca lo he hecho, aprender miles d cosas, observarlo todo a mi alrededor, cada detalle, cada ser insignificante mente hermoso y delicado. Todo aquello que no pude, creo que podré si tomo el camino adecuado, el de mi corazón, aquel que aunque esté desolado, aún vive y quiere seguir viviendo, ya que la soledad es lo que lo hizo fuerte como una piedra y el dolor débil como una hoja.
Sé que llegará el momento, la hora y el día en el que se cruce este amargo rojo con aquel dulce y cálido brillante. Y mi pena ya no será tan infinita, sino que mas efímera. Y ya no tendré que pensar en mi ego, sino que en el ello. Déjame que te entienda, déjame que te ayude, déjame que te proteja. Lo haré...
Sintiendo así, espera liberarse este pájaro interior.